El Autoconocimiento como herramienta de Transformación Personal

mujer mirando su rostro en un espejo

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En mis años en que he podido acompañar distintos procesos de transformación personal ha sido muy lindo poder ver cómo es que la transformación sucede.

Primero se gesta este proceso en el interior de cada persona que toma la decisión de abrir su mundo. Luego, como una semilla que estuvo bajo tierra, comienzan a asomar los primeros atisbos de cambio, de movimiento en la vida. Y finalmente, como una flor que se abre cuando llega la primavera, podemos ver cómo florecen los mundos internos de quienes se entregan al proceso con arrojo y con coraje.

Es muy mágico ver el proceso desde afuera, es poder percibir movimientos de la naturaleza humana muy sutiles y poderosos a la vez. Me siento muy privilegiada de haber podido verlos tan de cerca, sintiéndome incluso yo también tocada por los mismos, es la magia del acompañar.

En todo este proceso que explico de la transformación hay un camino muy claro a recorrer y que es el que nos va permitiendo avanzar en cada paso, de una etapa a la siguiente. El camino por el que vamos transitando es el de uno mismo, es el autoconocimiento. Algo que parece muy sencillo pero que nos genera muchas resistencias y miedos. Mirarnos de frente, sin tapujos, enfrentando dolores, miedos y frustraciones es el acto más fructífero que podemos hacer.

Así como la semilla necesita de la oscuridad para crecer, un proceso de transformación personal requiere partir encontrando esa oscuridad también, mirar aquellos lugares que por alguna razón hemos ensombrecido. Recorrer nuestra biografía para poder ver todas las señales que nuestra historia ha dejado en nosotros. En ese recorrido se requiere de coraje para mirar las sombras pero una vez que se enfrentan, el paso avanzado no se retrocede más.

Ese volcar la mirada hacia adentro a pesar de los miedos y aprehensiones nos entrega una confianza que no se logra de otra manera. Luego, con el conocimiento de la historia y de lo que hemos vivido podemos entender de qué forma eso nos está afectando en el día a día y podemos entendernos mejor a nosotros y a nuesto entorno, esa ganancia es la sabiduría. Cuando vivimos la vida sabiamente y con la confianza en nuestro propio poder y potencial ganado gracias al recorrido que pudimos hacer de nuestra historia entonces irrumpe la conciencia. Ese brote maravilloso que nos permite crecer y desenvolvernos por la vida con tranquilidad y sin miedo, comprendiendo lo que nos sucede, confiando en las circunstancias y en nuestras propias capacidades de vivir la situación que sea que nos presente la existencia.

Y así vamos creciendo, avanzando, caminando un nuevo sendero de conciencia, de confianza y sabiduría. Y  cuando nos damos cuenta de que esto ha sucedido y nos hemos permitido abrirnos a nuevas experiencias, a hacer aquellas cosas que siempre quisimos y ahora reconocemos entonces ha ocurrido. Tal como la flor que se abrió cuando su ciclo culminó, entonces vivimos de manera cúlmine el proceso de transformación que tanto buscamos.

Es un proceso simple, no requiere grandes intervenciones, requiere de la determinación de mirar hacia el interior y de la capacidad de sostener aquellas emociones más oscuras que quieren salir a la luz, como la semilla que germina cuando es su momento.

Te invito a vivir un proceso de acompañamiento terapéutico ya sea que estés sintiendo tu vida en conflicto o no. Es un proceso de autoconocimiento que tiene como una de sus mayores y mejores consecuencias el amor propio, el amor por uno mismo. Y ese amor es un regalo que todos debiéramos darnos.

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